Cabía una vez
David Wapner
Ilustraciones de Juan Lima
Calibroscopio ediciones
"Cabía una vez una mano en un bolsillo.
Sólo una vez, porque a la segunda ya no entraba.
Pero la mano había cabido una vez.
De eso se trata este cuento."
Escribir poesía puede implicar armar y desarmar un texto. Puede ser desarmar la realidad, desafiar estructuras, recomponer lo dislocado y volverlo a quebrar en un cierre inusual. Cabía una vez es un fiel reflejo de ello.
La poesía para niños, cuando hace efecto, encanta por la gracia de su musicalidad, los remates inesperados y los divertidísimos juegos de palabras.
Todo se combina en Cabía una vez, todo cierra abriendo puertas al absurdo y al engaño.
No es posible leer este poemario pretendiendo adivinar el contenido de los próximos versos: el fin de cada verso es un salto al vacío que, aún en la continuación de un juego iterativo y musical, sorprende reformulándolo todo, con una apertura múltiple de significados en la grácil combinación de significantes.
Desafiar al entendimiento de los niños es una tarea que no todo escritor desea asumir. Algunos buscan lo educativo, y dibujan un cuadrado titulado cuadrado. David Wapner, en cambio, esquiva la utilización del lenguaje como representación de la realidad, y la poesía revive su experimentación en un plano paralelo, como en las vanguardias.
Un libro perfecto para que los chicos enciendan su poder de interpretación o vayan sabiendo que no todo tiene por qué significar algo si da placer leerlo.
“Nunca era”
Hacía una vez de perro,
y otras veces de mono,
y siempre nos engañaba.
Una vez lo sorprendimos sin disfraz,
y no era mono
y tampoco perro.
Y tampoco era él: ¡era otro!
¡De nuevo nos engañó!*
*David Wapner
Ilustraciones de la edición de Calibroscopio: Juan Lima