Desde que iniciamos nuestro camino como libreros, en Chicho y Babel esperábamos ansiosos un evento con estas características. Los motivos nos sobran.
 Nos encantan La semana de la lectura, el Festival de poesía, y las muchas actividades culturales puntuales que afortunadamente se sostuvieron en el tiempo, porque amamos la literatura, disfrutamos cada actividad que la involucre y celebramos toda propuesta de acercamiento a este universo poderosísimo y maravilloso. Aún así, esperábamos un evento en donde los libros, como tales, fueran protagonistas. Con sus lomos simples o forrados, sus hojas cosidas o abrochadas, sus tapas duras, rústicas, brillantes, apagadas, discretas o relucientes como brillantes. Esperábamos poder abrirnos a la ciudad y dar a conocer la singular propuesta con la que crecimos y nos identificamos, desde que empezamos en el año 2012 apostando a trabajar desde Rosario exclusivamente con material infantil y juvenil de calidad, con libros que no subestimaran la inteligencia de los más pequeños y sirvieran para endulzarlos con la belleza de la poética para la infancia. Valorando las ediciones más singulares, las historias más disparatadas, los libros informativos editados con criterio, con la esperanza de atravesar de otra manera la posmodernidad, buscando en la lectura con otros y para otros una forma de encuentro y de acercamiento a la apreciación del arte visual, al descubrimiento de las palabras cargadas de sentido, o hechas de plastimasa para abrir el juego a la musicalidad de la materia de nuestro lenguaje. Retintines que cuentan en los libros para las infancias.