Entusiasmar a niños y padres: bajo ese principio rector (primordial, pero no único) Ed Carosia y Maxi Luchini le dieron forma a Mamut Comics, la colección de historietas para las infancias que se transformó en uno de los bastiones de Bang Ediciones, el sello afincado en Barcelona, España. Fue en ese país, y en esa editorial, donde los dibujantes argentinos coincidieron para descubrir una serie de afinidades e intereses comunes que derivaron en la gestación de Mamut, un proyecto que ancló sus objetivos en la diversión, la calidad y, como resultante inevitable, en la formación de nuevos lectores.
(Por Edgardo Pérez Castillo) Una experiencia que ellos mismos vivieron. En el caso de Ed, mediados de los 70, cuando siendo niño echaba mano a las historietas que su padre y madre leían: Intervalo, El Tony, las de editorial Columba, Rico Tipo, Rayo Rojo y, fundamentalmente Patoruzú. Para Carosia, los dibujos animados fueron también una influencia que se tradujo en sus primeros dibujos: El Pájaro Loco, El Correcaminos, Meteoro.
Maxi, en cambio, arribó al género un poco más tarde: allá por el 81, con 12 años, de la mano de Asterix, puerta de ingreso a un camino que se profundizó con la colección Historia de los Comics: “Esos fascículos que me compraban mis padres, aún sin saber si era lo que seguiría haciendo de mayor, me marcaron el rumbo. Pero sí, de niño lo primero que me impactó con un lenguaje cercano al cómic fue Kiss y las portadas de sus discos. Eran rockeros dibujados para contar/cantar algo... también me daban un poco de miedo”.
Con sus matices, ambos coinciden en un punto: el cómic resultó una puerta de ingreso a la literatura en general. “Sin dudas”, remarcan con firma compartida en una entrevista en la que, mail mediante, recordaron la construcción y objetivos de la fantástica colección que dirigen. Un proyecto que se articula en tres grandes segmentos: para mayores de 3 años (que aún no leen), mayores de 6 (primeros lectores) y mayores de 9 (para lectores consolidados). A esa tríada se suma además Golden Age, sección dedicada a clásicos de la historieta, recuperando obras de autores como Oscar Grillo (junto a Graham Marks) o Nicolás Martínez Cerezo (con “La gorda de las galaxias”). La lista de creadoras y creadores de Mamut es amplia tanto en orígenes como estilos, e incluye a Juan Berrio, Ana Sanfelippo, Jorge Palomera, Estelle Bignon Spagnol, Pep Brocal, Marc Brocal, Mister Egg (Eric Gasselet), Jim Pluk, Baptiste Amsallem, Loïc Dauvillier, Marco Paschetta, Alex Fito, Artur Laperla, Jacobo Fernández Serrano, Fermín Solís, Tute (Juan Matías Loiseau), Miguel Núñez, Julio Serrano y Wassim Boutaleb. Desde sus dibujos y guiones (y los de tantas y tantos más) se desprenden aventuras, descubrimiento, solidaridad, amistad, personajes atípicos y encantadores, superhéroes improbables, cacas mágicas. Y humor, mucho humor, haciendo del entretenimiento un imán esencial.
El mismo humor que funcionó como punto de encuentro “en una de esas reuniones en casa de algún dibujante”, donde Ed y Maxi coincidieron para descubrir un universo compartido de “charla, mates, cenas, política y fútbol”. La amistad como punto de partida para la gestación de un proyecto que se concretaría algunos años más tarde: “Hablando de cómics y particularmente de los cómics que había dedicados exclusivamente a los niñxs, que se nos ocurrió la idea total de una colección de comics para niños y le presentamos la propuesta a la gente de Bang. Ambos coincidíamos en que en el mercado editorial español faltaba una propuesta de cómic infantil hecho por autores contemporáneos, con registros de cómic pero también del libro infantil o más artístico también. Queríamos hacer historietas que les hablaran a ellos, y eso lo potenciamos mucho en la colección +3 con los libros mudos (para situarnos en ese contexto, pensá que lo que había en ese momento en librerías y con lo que debíamos competir eran: Astérix, Mortadelo &Filemón, Los Pitufos, etc y aunque el mundo había cambiado bastante desde entonces, no se veía reflejado en las bateas)”.
- Al momento de decidirse a crear la colección Mamut, ¿tuvieron en cuenta alguna experiencia que pudiera funcionar como referencia? ¿Qué lineamientos empezaron a trazar para iniciar la convocatoria de autores?
- Ed y Maxi: No teníamos una sola referencia como faro, pero sí que teníamos un montón de cosas en las que fijarnos... Por un lado estaba todo el mercado francés y cómo encaraban el tema del cómic infantil, y por otro, la revista Linus a nivel diseño. A nivel línea editorial, diseño, enfoque conceptual y la división por franjas de edad, lo tuvimos muy claro de entrada. Esa primer etapa fue interesante porque sinceramente creíamos que tenía que funcionar, que no podía fallar, sin embargo, cuando realmente se concretó el plan y salimos a la cancha... es decir, cuando pasamos del plano "idea" al plano "concreción" (que no era otra cosa que el funcionamiento REAL de las librerías, bibiotecas y/o escuelas, distribución, etc) nos dimos cuenta que no iba a ser taaaaan fácil como creíamos, y que transmitir toooodo el potencial de una colección embrionaria para pequeñxs lectorxs, iba a resultar complicado porque el mercado del cómic en España en ese entonces no era lo que es hoy en día, que está mucho más consolidada la idea de que el cómic ES literatura para todxs, pero a la vez también existe un cómic destinado al público adulto y otro al público infantil.
Durante un año y pico la pasamos difícil... no fue hasta tener un puñado de títulos publicados que empezó a “verse" la propuesta de colección. Con dos o tres libros no se veía claro y era complicado que las librerías apostaran por nosotros. Aún así conseguimos que la FNAC (NdR: cadena de tiendas originaria de Francia, con más de treinta sucursales en España) habilitara un nuevo espacio destinado al público infantil más "específicamente" y eso fue un gran momento para nosotros.
- En la diversidad de historias y autores, Mamut sostiene una base de calidad notable. Algo que, por cierto, no es fácil de sostener a lo largo del tiempo (y la colección lleva ya más de una década). En este marco, uno de los objetivos del proyecto fue la de formar lectores. A partir precisamente del tiempo transcurrido es posible pensar que se habrán encontrado con más de un joven que creció de la mano de las historias y series de Mamut. ¿Sienten que han cumplido con aquel objetivo primario, con la formación de nuevos lectores?
- Ed y Maxi: ¡Sí! A algunos lectores los hemos visto crecer (nos encontramos con ellos en los diferentes salones y festivales de España o Francia a los que asistimos). Así que sí, suponemos que hemos cumplido ese objetivo!
- Han remarcado que una de las claves de la colección es apostar al entretenimiento, una afirmación tan sincera como necesaria en estos tiempos de abundancia de estímulos: entretener desde el libro (¡desde un objeto que no es pantalla!) es casi un acto de resistencia. ¿Cuáles son las claves para entretener a los niños y jóvenes de este tiempo?
- Ed y Maxi: ¡Las historias! En definitiva a todos nos gusta que nos cuenten historias y si la historia que nos cuentan conecta con nosotros, la cosa funciona. En Mamut buscamos historias y apostamos por esas que creemos que podrían establecer algún tipo de vínculo con nuestro público, luego algunas funcionan mejor que otras, pero al final lo importante es que Mamut no sólo es una colección de cómics sino una especie de casa que va creciendo, ampliándose, haciéndose más grande y a la que puedes acudir cada vez que quieras, sabiendo que seguramente encuentres algo que te guste, te represente, conecte emocionalmente... y divierta. Otro aspecto importante fue y es el cuidado de la imagen, algo que para nosotros siempre fue una pata importante del Mamut. Buscamos desde el comienzo que sea representativo de la colección. Por eso la selección de dibujantes que entren en nuestra línea gráfica, es algo a lo que le damos mucho valor.