La renovada Granja de la infancia es atravesada por un concepto con fuerza de pedagogía: pensar con las manos.
Métrica. Esqueleto escondido que se delata solo. Composición como forma que organiza espacios de sonido. Elementos base, detrás del peso de las palabras.
Quienes alguna vez hayan venido a Chicho y Babel, habrán notado que detrás de la librería vive toda una familia. La misma que, al cerrar por vacaciones, emprendió un viaje hacia el sur, con la meta de llegar a Chiloé, un archipiélago al sur de Chile rico en flora, fauna, e historias.
Hay una canción de Magdalena Fleitas, interpretada por Ana Prada, sobre un personaje mítico chilote, la Pincoya. Con esa base partimos a conocer las tierras que inspiraron su creación. Cargamos el auto con ropa, juguetes, y muchos libros. Y entre discos y tablets a puro Disney, íbamos contándole a nuestras pequeñas acerca de Chiloé, su historia, sus historias.
En este espacio de nuestro blog queremos compartir las historias que llegan a nuestra librería. Pero no precisamente las de los cuentos. Historias que suenan y resuenan en Chicho y Babel.
Palabras que acercan
La literatura es un discurso privilegiado a la hora de leer, pensar y entender la identidad. La propia, la ajena, la construcción subjetiva de los mundos que a cada uno representan y se presentan como verdaderos, posibles, o reales. Sea narrativa, en el desarrollo de los personajes, en las acciones de aquellos que actúan y al actuar se realizan, o sea poesía en su expresividad y en sus formas de enunciación, en la elección de las metáforas que representan al mundo y la vida, hay sujetos que se construyen y deconstruyen, identidades que se alzan y se transforman en la voz que cuenta.
Compartir, ofrecer y disfrutar lecturas que aborden lo identitario, o permitan trabajar el concepto “identidad”, no siempre debe requerir a la identidad como eje o tema central de las obras.